No intentes calmarlo, porque no te dejara
No intentes matarlo porque moriras
Abre las manos, déjalo nadar, que el agua acaricie toda su
piel,
Déjalo libre, o acaso quieres que te queme
Esa luz de calor que alguien dejo caer,
Se cayó de sus bolsillos o calculó cada centímetro para
clavarla en el estrecho agujero
esa luz que fue recogiendo poco a poco chispas de donde podía
fue suavemente arañando y arrancando tierra fértil
se hundía, nadaba hacia el fondo y no quería parar y nadie
se l podía impedir porque
la naturaleza hace lo que quiere cuando quiere.
Calor, llamas, dolor, del mar al sol...
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