¡Qué fácil es soñar,
qué difícil existir!
Libertad de volar al mar,
cárcel que nos deja morir.
Un delirio subjetivo,
no ser entre nubes púrpuras,
cantar al sol, Dios vivo,
y nadar al cielo si alturas.
Risas y escalofríos escribo
sobre lágrimas oxidadas, puras
por ser materia sin motivo,
por ser cuerpo sin literatura.
Inés Martínez Ortega
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