Me despierto con el murmullo de las hojas silbeantes
Respiro hondamente, a pulmón lleno
Traspasa mis poros la Naturaleza y su verde sonrisa
Su agua, su manta, su vida
Seres con extraño ritmo, revolotean, saltan, sisean
¡Oh, maravilloso esplendor, variedad de almas!
Quién quisiera ser mariposa, de colores ver el mundo
Caprichosa rosa, testaruda hormiga
Un desfile de supervivencia, colores, música y perfumes
Rojo pasión o verde chillón,
Sol brillante o la bemol,
Dulce fresón o ácido limón
Plenitud en cuerpo y alma,
Pintan con pinceles de pelos estremecidos,
De timidez serena, los diamantes morados incrustados en mi ser.
Morado, sí, es ciertamente un artístico color,
De mitología inventada, del laberinto, del firmamento
Color es o color parece, no es sino un sentimiento
Iris del alma que se enciende cual lucero
Y calienta mi cuerpo en calma.
Lila flor, púrpura mañana, morada melodía
Nace del azul del cielo despejado, de las lágrimas
Que se acumulan en mis manos,
Por ellas las expreso, las siento, las transformo
Cambio, moldeo su esencia hacia campos lilas musicales
Un Chopin que me guía, un piano que me corrige
Un acorde, una cadencia que amo y mi alma al lado;
Su magia es alada, cegadora y didáctica.
Inés Martínez Ortega
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